Here are two poems of mine, translated from English into Spanish by Victor Abellón
The first is “Reading Cavafy” and the second is “Valparaiso.”
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Lectura de Cavafis
Me deshago de la historia como de las páginas
De la sección de economía, deportes, los anuncios
O de las facturas caducas que rebasan el cesto
Me deshago de la ingente publicidad.
Solo quiero leer las páginas urgentes,
Epístolas de recuerdo y lamento,
Crónicas inmediatas de pérdida que se tornan
Al reparar en ellas una suerte de gozo. En suma,
Todo lo que pueda fetichizar la merma
Y pueda relatarse en presente de indicativo.
La vida es para recordar y lamentar
No para vivir. Ya no se trata de vivirla
Solo con quiénes la vivieron contigo. Se trata
De estar en la oscuridad, solo y estéril,
Desahuciado. Tal vez, a la postre, retome
Las historias de nuevo, en el futuro
Cuando haya agotado todas las vías, y las lea
Sentado y solo y en la oscuridad en una suerte
De estático comercio con mis propias lamentos.
Tal vez. Pero no, probablemente no.
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El Valparaíso
Las semillas de la pasión echaron raíces
bajo las losas del tejado de arcilla
De la Casa del Puchero en ese verano
En que el siroco oscuro nos agrupó.
La luz nos englobó en su campana
Y al amanecer se quebró como un cristal
Y la lluvia se precipitó por las calles
de tierra para traer a Granada su océano.
Y en la humedad de la sima de El Valparaíso,
sacamos ajos tiernos y bebimos fino.
Desde las escaleras las muchachas
Gitanas nos miraban ducharnos con una manguera.
Nos contemplaban desde su mirador, una sala
En la torre del tiempo, donde la belleza
Eterna muere y vive. En su hojas
el Darro murmuraba en nuestras oraciones,
mas no se detuvo a conocer nuestros nombres
pues aun queriendo no podía ayudarnos.
En las umbrías intermedias
siempre se ocultaba un pequeña tragedia
Un clavel rojo peinó tu piel
Una conversación nocturna bajo los álamos
Apresurada, una aparición sibilante
para desaparecer después
en el camino bajo nuestra ventana.
Hija de Jacob,
Aquí los misterios
arrojan sus frutos sin previo aviso.
Aquí prendieron esas semillas de pasión.
Y desde ese lugar, abonado por nuestra sangre
El tiempo desmadejó este verde e indómito camino.